miércoles, noviembre 02, 2005

 

Cienmil

Eran las fiestas de mi pueblo y yo volvía de madrugada en un estado de semi-recuperación, cansado pero satisfecho. Caminaba por en medio de una avenida vacía de coches y sembrada de árboles. Justo cuando la oscuridad se transformaba en luz mortecina de amanecer, alcé la mirada.
En ese momento de luz especial, una fresca y suave brisa arrancó las cienmil hojas caducas de sus cienmil ramas en cienmil direcciones distintas creando el sonido de cienmil roces. Un momento único e irrepetible. Nube marrón, verde y amarilla. Viento en el rostro. Y yo, el único habitante del planeta. Soy incapaz de recordar con quien pasé mis horas aquel día, pero aun puedo oler aquel viento, sentir aquellas hojas y oír aquel estruendo.
No es que no fueras importante.
Pero no fuiste única.

Comments:
re-sintiendo....

(q bueno leerte, aunque te dosifiques..)
 
Hay instantes de supremo placer, verdad? de esos en los que nos bastamos y nos sobramos, nosotros y nuestra percepción.
Un besito Shoo.
 
... me parece increible que aun perdais el tiempo mirando de vez en cuando si hay algo nuevo... gracis.
 
Pues gracias . en ese caso. No se busca, pero se merece.
 
Publicar un comentario

<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?